Los datos digitales: un reto de educación y de ciudadanía

Visuel
Los datos digitales: un reto de educación y de ciudadanía
Tipo de texto :
Dictamen
Tipo de consulta :
Autoconsulta
Tramitada por :
Sección educación, cultura y comunicación
Date d'adoption
Emitido el : 13/01/2015
Ponente :
Photo
Eric PERES
Grupo de la CGT-FO
    Presentación
    Présentation
    La revolución del sistema digital ha abierto gigantescos proyectos y oportunidades, en nuestra vida cotidiana y doméstica y en múltiples ámbitos (sanidad, prevención, gestión inteligente de los espacios públicos, facilitando el día a día, práctica democrática, etc.).
     
    Para ser utilizables por el mayor número posible, los amplios recursos digitales accesibles en Internet requieren que se implementen servicios de diferentes índoles: motores de búsqueda, redes sociales, servicios de geolocalización, etc. Cara visible de las tecnologías de Big Data, un número restringido de actores se han convertido hoy en verdaderos puntos de paso obligatorios para un número significante de actividades en línea. En este particular, estas plataformas disponen de un poder de influencia considerable sobre los ciudadanos, incluso sobre los Estados y su peso económico les otorga una influencia sobre gran número de sectores de actividad.
     
    Tanto los ciudadanos, las empresas como los Estados y sus administraciones, participan plenamente en este universo digital, sin medir por completo las oportunidades o los riesgos inducidos. Esta falta de sensibilización refuerza la asimetría de información entre los grandes operadores de Internet y los ciudadanos - usuarios. El caso PRISM, así como las revelaciones de Edward Snowden han permitido a la opinión pública mundial concienciarse de los riesgos de hipervigilancia, facilitada en particular por el abandono en el día a día de huellas digitales y cuya agregación, ya sea por actores públicos o privados, puede perjudicar las libertades fundamentales.
     
    Frente a la dominación de los actores económicos americanos y la captación del valor producido en Francia que se desprende (a falta de respuestas económicas y fiscales adaptadas), se plantea la cuestión de la independencia económica y política. Sin oferta por nuestra parte, son a la vez vertientes enteras de nuestras industrias que sufrirán y un enfoque de la gestión de datos contraria a nuestras exigencias éticas vencerá, provocando en particular riesgos de atentar a la vida privada, de los que solo vemos las primicias.
     
    En un contexto así, el control de datos digitales se ha convertido de ahora en adelante en un elemento crucial para el siglo venidero. Aunque en mayoría, los datos que transitan por Internet en la actualidad estén creados por los humanos, en un futuro próximo, son los objetos conectados, sus sensores y demás robots que generarán la mayoría del tráfico en las redes. La capacidad asignada a los ciudadanos para controlar estos nuevos flujos de datos podría convertirse en una de las características más importantes de la arquitectura informativa de nuestras sociedades.
     
    Esto conduce al CESE a desear que se construya un marco colectivo jurídico y ético para este ecosistema digital, que esté en medida de garantizar a todos los actores los mismos derechos y una defensa efectiva de sus libertades. Las respuestas son múltiples: deben ser de orden técnico, político, jurídico y ético e ir acompañadas de las transformaciones en proceso, adaptando a la vez nuestros comportamientos, y fomentando la innovación y la audacia. Infravalorar los retos del sistema digital, es arriesgarse a no aportar una dimensión protectora de los derechos fundamentales y sufrir una evolución tecnicista deshumanizadora.